ELEGÍA DE LOS LIRIOS

UN hilván azul 
que cruza mi frente
camina la tarde
disperso de flores
sin sitio al que ir
ni lecho que espere.

Hoy es todo remoto:
Las sandalias, los versos;
el amor y los dientes.

Hoy es todo de arcilla:
Los pechos, tu acera;
el llanto y los versos.

Un día
cruzada la aurora
soñaba tus lirios.
Eras blanco
como el aire
tenaz como el viento.
Eras todos los abrazos
y las nostalgias.
Eras el pan que alimenta
la risa que canta.

Yo simplemente 
te quiero
tiznado de nada
y pintado de asombro.

 

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