EL LUGAR

¿DÓNDE va el canto de los mirlos
cuando huye 
de los vértices helados de la mañana?
¿Dónde va la huella de los horneros,
el eco de los tordos 
y las plumas voladas de las torcazas,
cuando huyen del templo de la noche?
¿Acaso al lugar de las cenizas,
al lecho de las hojas?
Acaso al cielo, al umbral de tu regazo.
Acaso a la cima de los vientos,
al corazón del diluvio,
o al cuerpo mismo de tus cejas.

No hables. 
Cierra los ojos.
Yo estaré a tu lado
para traerte la paredes del monte,
el canto de los mirlos,
la huella de los horneros,
el eco de los tordos
y todas las plumas de las torcazas.

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