BESO DE LUZ

Un desconocido habita en mí. Agoniza y, para agonizar
utiliza mi corazón.
A. Gamoneda

DETRÁS del cuerpo oscuro de la sombra
veo reflejos que restauran el día
a su lecho de flores y hojarasca.
Crepita el aire en las ramas quietas.

Hoy, el pájaro terso de tu dones
descifra los interrogantes del amor
y me quema en el rayo caído de
tus besos, que no apartan la mirada.

En ellos, tus labios rojos articulan
los versos dispersos del deseo afín, 
conjugados por tu boca y por la mía.

Así descanso de tanto contratiempo,
labrando mis días a golpe de sangre
que navega por el tiempo de mi luz.








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