TANGO EN SEXTA

Vos sabés,
sin dudarlo, que por las tardes
yo me duerme en las agujas.
Tarde gris amarillenta,
hoja ciega del silencio.


Vos sabés,
con certeza, que yo me esfuerzo
en dibujarte punto a punto

las mejillas,
que me sesgo
noche y día para odiarte,
y arrancarte de mis venas,

y no quererte.

Vos sabés,
con acierto, cuánta sangre 

yo derramo en desterrarte,
en apartarte de mi pubis,
de mi venus ascendente.


Vos sabés,
precisamente, que no queriendo

yo te añoro y sigo solo,
que con carencia yo me río

y me defiendo,
y que, en definitiva, con rencor
haré las paces con tus dedos,
tal cual brillan
en el borde de mi mente.


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