TANGO DEL PLATA.


PASAN tristes los cuerpos,
flotando en la corriente indeclinable.
Tus ojos miran desde el fondo,
a través del lodo en suspensión,
de las algas, y de otros cuerpos 
moribundos, sin voz.

Todo acabó al fin.
Ya no existe más espera,
y mucho menos esperanza.
Esto sucede cuando acontecen
las desapariciones.

Alguno, pocos, te recuerdan.
Y otros, pocos, seguimos sangrando
de miedo y tristeza, de rabia,
de injusticia.

Pero la crónica es así, cada día,
que pasa sembrando la desidia,
la metálica risa de la infamia,
que rebota como un rayo,
en la risa de un niño mendigo. 

País tumba, clamor de llamados.
país de sombras y nostalgia.
Soy parte de vos,
cada vez que me siento, 
pido un café,
y observo a la gente que pasa
bajo la lluvia.
Siempre bajo la lluvia.

 

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