MUERTE REQUERIDA

Pasan los días sobre la sombra de mi sauce.
Atropellan las hojas que agonizan en el suelo,
Las miran con desdén y con silencio.
Cada día cae una hoja de mi sauce
Y yo muero un poco más al estrellarse contra el suelo.
¿Dónde se fue el amor que nunca tuve?
¿Donde se quedaron mis ensueños y mi sangre?
¿Donde, en qué lugar desaprendi las estaciones?
Tal vez yo mismo aniquile mis ilusiones, mis encendidos alimentos.
Tal vez yo mismo me sembre de necedades, de falsedad y de mentiras.
Pero los barcos siguen firmes su destino, y yo comulgo
Con algunas vanidades.
Me estoy muriendo en cada hoja que se abisma,
En cada cuerpo que pasó por mis entrañas.
Pero la vida también es despedirse, dejar volar.
Lo demás es territorio de alquimistas y yo vivo
Bajo el centro de mi sauce, dejando de existir
Una hoja, cada día. 

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