LAS VENAS ABIERTAS

MIS arterias bravas
se abren sobre un tapiz horizontal
en el centro de Numidia.

EL frontispicio agreste se ha partido,
por el centro mismo de su eje,
y la mujer descalza, vestigial, 
está pariendo un rayo, 
bajo la fronda del cielo,
desprovisto hoy de su corona.

ABRAZAMOS, tildamos la muerte,
los ríos del abismo, la nación
extrema de los cuerpos.
Cometemos siempre los mismos errores.
y volvemos a yacer sobre el tapiz
verticalmente, en el centro del desierto,
que nos parió bajó la fronda
del vacío.




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