LA ROSA
Abrazo que ciernes en tensión los hombros. -Abandona el espasmo- -¡Vete al lugar del recuerdo!- Hoy puedo ver el temblor de los árboles que arriban a la primavera. Puedo oler la fragancia de tus labios sin caer en la sima erudita de aquella nostalgia. Eras eternamente Blanca como un lirio al que amé sobre un lecho que hoy no tiene pasajero.